Abre los ojos, despierta. Mira más allá, observa. Escucha a tu alrededor. Piensa, luego actúa.
No te dejes influenciar por lo que otros piensen, digan o hagan. Ten su opinión en cuenta, pero basate en la tuya.
A veces, lo más fácil es mandar todo a la mierda y lamentarse, pero, en esos momentos, intentar solucionar las cosas y sonreir tiene mucho más merito.
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