Tenemos que hablar, tranquilo, es solo una conversación. Sonries, os mirais fija, amable y directamente. Sin miedo, incomodidad, complejos ni dudas. Una barrera invisible entre ambos, pero le conoces bien. No hay inocencia ni ingenuidad. Poco dices, mucho piensas. Ganas de hablar, miedo de hacerlo demasiado. Callarse o arriesgar. Dos opciones, otra mirada y otra sonrisa.
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