martes, 21 de agosto de 2012

Tuesday, 21 August 2012



Un sueño, una ilusión, una esperanza que surge una noche cualquiera. Una oportunidad que aparece un miércoles a las cuatro menos cuarto de la tarde. Una sonrisa que llega un domingo a las dos y veinte de la tarde. Un bostezo que se escapa un lunes a las nueve y seis de la mañana. Una historia que surge un viernes a las doce y diecisiete de la mañana.
No puedes recordar todo, pero los mejores momentos, tanto como los peores, siempre estarán ahí.  Siempre podrás sentir la impotencia, las lagrimas en tus ojos, el grito ahogado en tu garganta. Pero también podrás sentir la alegría, la sonrisa que se contagia a los ojos, la sensación de que no podrías ser mas feliz en cualquier otro momento. Y, sinceramente, pienso que son esos momentos los que más valen, aquellos que, con solo recordarlos, ya te hacen reír.

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